Hoy en día está muy de moda el estilo de vida urbano, el lenguaje -si se puede decir- underground. Dentro de ello están los que de alguna u otra manera se toman en serio este estilo de vida
Los policías los humillan, los vecinos les temen y les disparan, los piedreros (consumidores de crack) los atemorizan, aunque comparten la noche con ellos. Sin embargo, no hay riesgo que detenga a los grafiteros en esa fiebre casi adictiva y vandálica de rayar paredes. Hemos visto como, en los últimos años, ha habido un repunte de graffiti en la ciudad de Caracas e incluso al amparo de las alcaldías. Pero lo más interesante es como el graffiti no es ya un mero medio de dejar mensajes para los transeúntes. Hoy en día es considerado un lenguaje que ha invadido la publicidad, la televisión, el diseño gráfico y los videojuegos. Entonces, ¿son los grafiteros criminales o artistas?
La nueva generación de grafiteros no conoce a los “viejos” del oficio, ni a Grillo (Lobo), ni a Ar-epa, aquellos personajes de finales de los años 70. Si acaso recuerdan a los de los tardíos 80: Los RAA y Otra Cuestión. Y aunque recuerdan los graffiti de las bandas de rock como Sentimiento Muerto, Zapato 3 o Desorden Público, para ellos esa gente forma parte de otra movida. “El graffiti hoy en día es otro peo”, dicen.
La naturaleza críptica de los mensajes grafiteados muchas veces nos han llevado a considerarlo manchas, suciedad. Para traspasar comprensión del código visual del graffiti, nos remontamos a su origen. El graffiti es parte del hip-hop, un fenómeno social que se ubica en Nueva York en los años setenta donde la discriminación social, los guetos, las guerras de pandillas generan una serie de expresiones urbanas: el rap, el breakdance y el uso de códigos de vestimenta como la ropa holgada, bandanas y cadenas de oro. Allí se inserta el graffiti hip-hop, en una especie de cruzada territorial. Un diseño que demarca presencia, control y dominio de un área
Según el trabajo de investigación La estética del graffiti, de Jesús de Diego de la Universidad de Zaragoza, España, nos da pistas claras de lo que intuíamos: “El graffiti hip-hop es un claro exponente de las nuevas estrategias creativas producidas en las ciudades del fin del siglo XX, y que muy posiblemente, estén ya condicionando el futuro de nuevas prácticas artísticas.” No en balde importantes grafiteros como Keith Haring o Basquiat (ambos neuyorkinos y ambos fallecidos) son parte del stablishment artístico.
K. Echeverria
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